lunes, septiembre 26, 2005

Artículo de Opinión


Aborígenes Sudamericanos

Parte II

Pueblo Mapuche/Pehuenche

Considero conveniente analizar la realidad de un pueblo desde las entrañas de ese propio pueblo y ¿qué mejor? que introducirnos en el dolor de una cultura exterminada a garrotazos, para intentar comprender los motivos por los cuales aún nos seguimos desangrando.

El territorio que abarca actualmente la Patagonia, era llamado por el pueblo mapuche como Wallj Mapu, e incluía además las provincias de Buenos Aires, sur de Mendoza, La Pampa, sur de Córdoba y Santa Fé y el sur de la provincia de San Luis, en tanto que Gulu Mapu (hoy Chile) se extendía desde el río Bio Bio hasta la altura de la isla Chiloé.

Compartían el territorio con otros pueblos originarios, como los tehuelches, disfrutando de una diversidad biológica y cultural hoy casi perdida. Cuando llega el invasor español toma un territorio, protegido y resguardado por una sabiduría milenaria; en él vivían en un círculo de armoniosa relación, el che (hombre) y la naturaleza (ixrófilmogen). Una importante diversidad de fauna y flora desconocidas en Europa, se mostraban abundantes en nuestras pampas y cordilleras; decenas de pueblos originarios, con diversidad de razas, lenguas, costumbres, de culturas desarrolladas en sus vidas, mimetizándose con el paisaje, entendiendo y comprendiendo los códigos secretos de la naturaleza.

Los españoles se vieron sorprendidos de no poder doblegar al pueblo mapuche/pehuenche con la facilidad con que lo hicieran con el Imperio Inca. Una de las causas que diferenciaban la situación de llevar adelante el despojo de este pueblo heroico es que no presentaba una estructura político social verticalista y piramidal tal como la tenía el Inca, con un supremo soberano del imperio que al caer arrasaba a todo su pueblo; amén de la gran variedad de alianzas que tenía el Imperio Inca con otros pueblos indígenas y que se quebraron con la llegada de los peninsulares. Aquí, por el contrario, no se trataba de someter a un Lonco y con él a todos sus protegidos, sino que se debía negociar la paz o impuldsar la guerra con cada uno de los Loftes (comunidades) del extenso territorio patagónico. Otro factor importantísimo, fue la bravura, el coraje y la decisión de los Toki y Konas (comandantes y guerreros) de defender su libertad hasta la muerte. La pérdida de control sobre un territorio ancestral estuvo intrínsecamente relacionada a la pérdida de la autodeterminación, es decir, de la libertad. La corona española (no tenía más remedio) respetó los límites reconociendo el territorio perteneciente al pueblo mapuche/pehuenche, pero no fue así con los nuevos Estados. Buscando sobrevivir al genocidio perpetrado por el estado argentino, fueron obligados a refugiarse al sur del territorio hoy llamado Patagonia, ocupando las actuales provincias de Chubut y Santa Cruz.

El Estado argentino utilizó diferentes métodos de exterminio, como el genocidio físico, cultural y la falsificación de la historia, perpetuando hasta hoy su meticuloso trabajo de formateo y vaciamiento de identidad a través de una educación racista monocultural y europeizante. Los historiadores, antropólogos, sociólogos y todos los biólogos ilustres, han prestado en muchos casos sus servicios a este Estado, fundamentando científicamente la masacre y la perpetración de éste genocidio. Se escribieron frases como "los indios eran bárbaros y salvajes" o como Rodolfo Casamiquela, considerado por el pueblo como uno de los personajes más patéticos, quien afirma que los mapuches fueron invasores y asesinos del pueblo hermano tehuelche. Nada más lejos de la verdad. Los ámbitos académicos aun hoy aplauden aquella teoría de la civilización contra la barbarie. El racismo institucionalizado levanta monumentos a los asesinos y los proclama en muchos casos Próceres de la Patria, obligando a los hijos de la tierra a rendir honores a quienes mataron, violaron, saquearon y sumergieron en el olvido y la pobreza a sus abuelos.

Conscientes de los valores antagónicos de la cultura dominante, de su voracidad, los mapuches/pehuenches presagiaron la fatalidad que representaba la bandera del estado naciente y el avance de su territorio. Una vez diezmado el pueblo, la Wallj Mapu fue fragmentada en dos importantes zonas, el Gulu Mapu (toerra del oeste) quedó en manos del Estado chileno, mientras que la Puel Mapu (tierra del este) pasó a ser parte del territorio argentino. Más tarde se instrumentaría una política secesionista sobre el sur de la Puel Mapu buscando beneficiar a la corona británica a través de tierras en las que miles de ovejas y vacas pastaban, para luego arremeter con un trazado férreo que permitiría el desplazamiento de lana y demás productos hasta el principal puerto argentino para su exportación. El Estado anhelante de impregnar una identidad europea a su joven país, abrió la puerta de par en par a la venida de colonos europeos, tratando de borrar y desaparecer todo vestigio del pasado. La Patagonia se convirtió en proveedor de diversos recursos, ya no sólo para la exportación, sino también para alimentar las necesidades de la burguesía porteña.

La plataforma patagónica está sufriendo la más flagrante violación, la crisis pesquera en la costa chubutense nos da cuenta de la depredación que se está llevando a cabo con los newenes del lafquen (las fuerzas del mar), el mar está sangrando y en su herida nos muestra la muerte de miles de toneladas de peces que van siendo exterminados por los barcos japoneses, españoles y tailandeses que operan allí.

En el Rincón del Aceite a unos 35 km de Corcovado, se concesionó para la explotación forestal una importante superficie de masa boscosa, hoy considerada por los especialistas en medio ambiente como el desastre ecológico más grande de la Patagonia con miles de lengas muertas en pie, una deforestación que provoca la ruptura del ecosistema que luego padecemos y pagamos con nuestra salud y aun con nuestra vida, tal cual el caso mortal de hanta virus en Corcovado, que cobró paradójicamente la vida de Fabiana Negrete, defensora del medio ambiente. Hoy la minería canadiense pretende empecinada y sobrebiamente instalarse en esa zona, a cada argumento aduce una respuesta, dice por ejemplo que minimizará el impacto ambiental, que contribuirá al mejor desarrollo social, pero enmudece cuando se topa con un cuestionamiento que no puede ser interpretado desde la lógica económica, que los mapuches sostienen:

"¿Cómo podemos permitir que dinamiten la montaña para sacar el oro? la montaña tiene newen, por lo tanto es sagrada, allí anuda nuestra fuerza y nuestra identidad, si muere la montaña morirá con ella nuestra cultura y lentamente morirá nuestro pueblo"

* MARICI WEU Diez veces venceremos, diez veces estaremos aquí (Ponencia de la Comunidad Pillán Mahuiza para el I Foro del N° Esquel; 07 de junio del 2003).

* Me he tomado el atrevimiento de realizar un resumen de la ponencia, intentando actualizar su contenido. La lucha del pueblo mapuche/pehuenche simboliza la de todo el pueblo americano.


Juan Carlos Romero

Buenos Aires - ARGENTINA

1 Comments:

At 3:20 p. m., Blogger Jorval said...

Excelente este artículo de opinión. Como sabes, el pueblo mapuche/araucano,peleó durante 3 siglos contra los blancos españoles y luego contra los chilenos, no siendo jamás dominado totalmente, creo que es el único pueblo indígena que resistió hasta 1891, año en que terminó la pacificación de la araucanía.
Respecto a la ecología no estoy de acuerdo con tú posición, imagínate que todo puede ser newen para ellos, el progreso es el progreso, cuidando el medio ambiente, por supuesto.

 

Publicar un comentario

<< Home

Estadisticas y contadores web gratis
Manuales Oposiciones
Búsqueda personalizada