domingo, agosto 13, 2006

Articulo de opinión

Aborígenes sudamericanos

Parte V

Guaraníes

¿Cómo procurar una idea acabada de lo que fue y significó el pueblo guaraní para Latinoamérica?

Tarea compleja pero no complicada, que voy a comenzar enumerando datos conocidos, seguramente, por la gran mayoría de nuestros lectores.

Los avá (hombre), así se denominaban nuestros hermanos guaraníes, son un pueblo originario de la amazonia que se estableció en distintas regiones del continente como: Paraguay; Bolivia; Perú; Brasil; Argentina y Uruguay.

Vivían en aldeas comunitarias, en los claros que les permitía la selva y sus casas estaban construidas con troncos y hojas. Habitualmente en ellas convivían varias familias relacionadas entre si y en un grupo no mayor de ocho casas rodeadas por una empalizada.

Las casas en las aldeas del norte eran cilíndricas y estaban construidas con paredes de barro y paja, en el sur eran aún más precarias.

Acostumbraban al cola yuta: sin vestidos. Las mujeres usaban taparrabos llamados tanga, pero más adelante y gracias a los prejuicios “morales” de los conquistadores, se impuso el tipoy, una especie de camisola sin mangas con dos aberturas laterales para pasar los brazos.

Hombres y mujeres se pintaban el cuerpo, por lo general para la guerra, para galantear o para lo que se les diese la gana. Los varones usaban plumas de ganso en la cabeza, brazos y tobillos.
Obedecían a un cacique que ascendía hereditariamente; eran polígamos, pero como era obligación dar todas las comodidades a las mujeres, sólo ejercían esa posibilidad los más acaudalados.

Al ser adoradores de un dios único, Tuba, los invasores europeos creyeron descubrir una religión monoteísta como representación pagana de una idolatría atrasada. Al comprobar que creían en espíritus buenos y malos que aparecían bajo formas humanas o de animales dieron por sentada esta estimación.

Lo real es que practicaban ritos calificados como “brujería” por los “civilizados” carniceros invasores y el chamán, que actualmente sigue gozando de gran poder y prestigio entre las tribus sobrevivientes al exterminio, era el médico que cumplía su tarea utilizando medicinas naturales y oraciones fuera del contexto permitido por las nuevas autoridades. Luego y con la llegada de los sacerdotes jesuitas, se verían obligados a modificar la estructutra social dentro de sus tribus y a rendir tributo al nuevo dios con extraños representantes sobre la tierra.

Actualmente las estructuras piramidales de los estados en los cuales residen los verdaderos herederos de las tierras que pisamos, jamás han beneficiado a ninguno de los pueblos indígenas de la región, desconociendo que los municipios y las prefecturas, verdaderos campos de concentración para nuestros hermanos, siempre han sido alevosamente proclives a la exclusión del pueblo Guaraní y trinchera de los partidos políticos tradicionales, que han borrado con el codo lo escrito con la mano en época eleccionaria, y relativo al reconocimiento de los derechos de los pueblos autóctonos.

Las elites petroterratenientes han venido excluyendo y denigrando a nuestros pueblos originarios para darle prioridad a sus intereses de clase, omitiendo desvergonzadamente que las universidades forman únicamente a los hijos de la burguesía, actuando como principal fuente de ingresos y privilegios de los intelectuales recibidos en ellas, que defienden y propugnan el racismo disfrazado de un progresismo apócrifo, instalado por años dentro del sofisma oficial.

Si el pueblo guaraní no tiene acceso a la educación en su etapa básica ¿A quién se le ocurre pretender formarlos en una universidad?

Es posible que alguno de ustedes se haga esa pregunta, esperando la respuesta adecuada y que pasa únicamente por tomar la decisión política correcta, dentro del gobierno que posibilite esta participación.

La foto del encabezado fue rematada en “mercado libre”, pulpo de la venta inescrupulosa en internet y como artículo exótico para algún regardeur coleccionista, con ánimo de conquistador.

¿Esa es la realidad a la que se ven sometidos los sobrevivientes de esa raza de guerreros?

Exportando mujeres a Buenos Aires, en muchos casos menores de edad y hablo de chicas de doce o trece años. En un conocido prostíbulo de la calle Fraga a media cuadra de la Av. Federico Lacroze y comandadas por un tal Ricardo, proxeneta del barrio de San Cristóbal y ligado al poder fáctico de la ciudad, se vio desembarcar a varios contingentes de muchachas engañadas con las luces de la gran ciudad, durante la década infame del dios Menem, y con el único fin de ejercer la prostitución legalmente.

El hacinamiento de los obreros aportados al mercado laboral, las precarias condiciones en las que desempeñan sus tareas, el empleo en negro y el sometimiento a un estado similar a la esclavitud, son los problemas que deben enfrentar los orgullosos herederos de una cultura que se niega a morir. Los empresarios en las grandes urbes los reclaman para realizar las tareas sucias, para servir como esclavos en los barrios acaudalados de la Argentina o para ejercer la prostitución dentro de la movida empresarial más importante de Latinoamérica, pero ellos tienen la última palabra.


Juan Romero

Buenos Aires - ARGENTINA

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