jueves, septiembre 11, 2008

Artículo de opinión.

Inmigración, parte II



Hemos visto como durante el siglo XIX producto de múltiples factores (guerras civiles, revolución industrial, explosión demográfica, feudalismo y capitalismo brutal, hambruna-recuerden la hambruna de la papa irlandesa), millones de europeos emigraron del viejo continente y se dirigieron a América. En lo que a Sudamérica corresponde, Argentina recibió cerca de 6 millones de europeos (mayoritariamente italianos y españoles), Brasil cerca de 3 millones de portugueses, Chile cerca de medio millón de inmigrantes y el Perú entre 15 y 20 000 europeos. Todos desempleados, de la clase trabajadora, luchando por un mejor porvenir para ellos y sus familias. Y sin mencionar a los EEUU y Canadá quienes acogieron muchos millones de inmigrantes más, alemanes, irlandeses, italianos entre otros.

Ahora, siglo XXI, la situación ha cambiado. Thomas Gerard Tancredo, congresista republicano en EEUU, ha escrito el libro "In Mortal Danger: The Battle for America's Border and Security", en donde explica claramente su visión anti-inmigracionista de la vida, considerando a los nuevos inmigrantes como una amenaza para la existencia de la nación estadounidense. Resulta singular que el autor de dicho libro en donde aborda tan ferozmente la negativa a la inmigración hacia EEUU, es descendiente de inmigrantes italianos. Y ni hablemos de McCain, conocido promotor del "Muro" fronterizo con México y actual candidato republicano a la presidencia de los States nacido en Panamá, quien al ser abordado sobre temas de inmigración, huye del tema como del agua hirviendo ante el riesgo de salir escaldado (la población "hispana"-es decir, procedente de países de la ex-América española, un término sociológico más que racial- es actualmente la segunda minoría en EEUU, siendo EEUU el segundo país con mayor número de hispanos- 50 millones- sólo superado por México, por lo tanto, un apetitoso número de votantes).

En Italia, frente a una de las mayores crisis económicas sufridas por dicho país en los últimos veinte años, frente al amontonamiento de desperdicios en Nápoles, incremento y fortalecimiento del crimen organizado y escándalos de corrupción en las más altas instancias políticas, Berlusconi inmediatamente achaca dicha situación a los inmigrantes y gitanos, produciéndose un incremento de ataques xenófobos hacia los gitanos y sudamericanos que estudian y trabajan legalmente en dicho país (dos estudiantes peruanas en Roma fueron agredidas por policías italianos que las tomaron como meretrices callejeras, cuando fueron a la comisaría a sentar la denuncia de maltrato policial se dieron cuenta que el Comisario era uno de los que las había insultado). Ni hablar del tipo que pateó e insultó sin mediar provocación alguna a una quinceañera ecuatoriana en el metro de Madrid, quien no ha tenido problemas legales mayores por dicho incidente.

Y la xenofobia no es exclusiva de Europa. En Sudáfrica, el país económicamente más próspero de África, donde la población negra libró una lucha de décadas contra la repugnante política del apartheid, la violencia ha llegado a situaciones límite. Violencia entre africanos. Existen grupos de de sudafricanos quienes salen en las noches a los barrios de inmigrantes mozambiqueños (shangaan) y nigerianos para apalearlos y destrozarles las casuchas de cartón en donde viven. Y todo, por la falta de trabajo, el régimen del apartheid mantuvo en condiciones de analfabetismo a la población sudafricana mientras que sus vecinos africanos al menos sabía leer y escribir, motivo por el que son preferidos a la hora de contratar personal, además de que se les paga un sueldo mucho menor por ser inmigrantes en su enorme mayoría ilegales.

Hay una cosa muy diferente en lo que a la inmigración del siglo XIX y la actual. Y es que la del siglo XIX de una manera u otra fue auspiciada por el estado receptor, en condiciones de "legalidad"... las comillas porque definitivamente los mecanismos de recepción de inmigrantes en los países sudamericanos no eran precisamente los más ordenados y libres de corrupción. Y la ola inmigratoria actual en su mayoría lamentablemente queda fuera de la legalidad vigente (el marcopolismo de patera... pendejada o muerte, venceremos!", descrito por Hildebrandt). Sin embargo, en el caso concreto europeo, las bajas tasas de natalidad propician la creación de un vacío demográfico que favorezca la llegada de extranjeros para desempeñar trabajos que de otra manera, quedarían vacantes.

En España el déficit de profesionales de la salud es notorio, siendo cerca del 20% de dichos profesionales extranjeros. Similar situación ocurre en Italia con las enfermeras.
Ante esto, queda para la reflexión la política de los países europeos, que hace escasos años eran expulsores de emigrantes, emigrantes que eran recibidos en nuestros países; y nuestros actuales emigrantes, quienes ahora ven frustrados sus sueños de superación.

Porque pensemos que nadie emigra de su país alegremente como si fuera a ir a un picnic, emigrar de un país es algo serio que conlleva al desarraigo y momentos de soledad, todo en pos de un futuro mejor para uno mismo y su familia, futuro que no pudo encontrar en su país natal. Acá en Perú, con los cerca de 3 millones de compatriotas radicados (legalmente o no) en el exterior, todos conocemos dentro de nuestras familias a por lo menos una persona que se haya ido del país. Y las remeses enviadas por los peruanos en el exterior contribuyen a la economía nacional y familiar, amén de que con su trabajo contribuyen a los países donde radican. Acá va un prejuicio, el del ilegal que se va de su país para cometer latrocinios en otros... yo me pregunto, de los emigrantes sudamericano ¿cúantos se dedican a actividades delictivas? ¿serán el 2-3%? y de ellos... ¿cuántos trabajan con sueldos menores a los que ganarían en caso de ser legales? ¿serán el 70-80%? La pregunta queda abierta, y la historia se repite con los mismos clichés, sino veamos el libro de Scarzanella sobre criminalidad en el BsAs de fines del siglo XIX.

Sólo para terminar, pensemos un poco en el tema, reflexionemos sobre las causas de la inmigración (que son las mismas, dos siglos de por medio), sobre la xenofobia irracional y no instintiva (la discriminación se aprende, no es innata del ser humano) y las políticas restrictivas implementadas en los países receptores de inmigrantes.

Eduardo Salazar Thieroldt
Lima-PERU


PD. No quisiera dejar el tema sin mencionar la discriminación que se sufre en Sudamérica, entre países limítrofes como Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Perú. La generalización de las conductas delictivas antisociales de algunos inmigrantes conduce a la formación de estereotipos sobre su comunidad de procedencia, erróneos prácticamente en el 100% de los casos. Un inmigrante si se va de su país, ahora en el siglo XXI, es para labrarse un futuro mejor y para enviar remesas a sus familiares. No para robar carteras o negociar pasta básica. Basta de estereotipos, por favor. Gracias.

REFERENCIAS
(1) A la caza del shangaan
(2) John McCain
(3) La Berlusconización de Europa
(4) Sudaquismo en pie de guerra
(5) Peruanas insultadas en Roma
(6) Chilenos detenidos en Barcelona
(7) Colombianos agreden a peruanos en Iquique
(8) Ni gringos ni indios : Inmigración, criminalidad y racismo en la Argentina (1890-1940)/ Scarzanella, Eugenia. 2003

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