sábado, julio 19, 2008

Artículo de opinión.

Inmigración europea en el siglo XIX



El siglo XIX en Europa y América tuvieron diversas connotaciones:


1. En América durante la primera mitad del siglo la gran mayoría de países obtuvieron su independencia de los imperios coloniales de entonces. Si bien es cierto, el gobierno de los nuevos países quedó a cargo de una reducida clase dominante compuesta mayoritariamente por descendientes de españoles, se abrieron las puertas para la inmigración de personas de clase trabajadora procedentes de Europa.


2. En Europa, las revoluciones de 1848 sacudieron y convulsionaron el continente, exiliando a millares de europeos a nuestras costas. A esto se suma la decadencia de los gobiernos absolutistas, las guerras civiles y el servicio militar asociado, una revolución industrial desmedida y explotadora, la explosión demográfica, discrepancias religiosas, la falta de medidas sanitarias y políticas de salud.


La base del apoyo a la inmigración europea como política de estado lo sentó con mayor éxito el estadista argentino Juan Bautista Alberdi, su lema "gobernar es poblar" caló hondo en la conciencia de los gobernantes de su joven República, así como sirvió de modelo de imitación a otros gobernantes sudamericanos como en Perú y Chile. Hay que señalar también que dicha política no estaba exenta de tintes racistas a favor de los europeos (Alberdi en su texto "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina"-1852, Juan de Arona en su estudio sobre "Inmigración en el Perú" en 1891 lo mencionan).


Tanto es así que se idearon empréstitos, sociedades de inmigración, contratación de agentes inmigratorios, incluyendo decretos facilitando la inmigración, el costeo de los pasajes y la entrega de tierras de labranza al crédito a los inmigrantes, así como ciudadanía, exoneración del servicio militar y de impuestos de manera temporal. Cabe señalar que no siempre estos "agentes" y "sociedades" obraron acordemente y en muchos casos estafaron a los inmigrantes, caso tristemente célebre de Antolín Rodulfo y los alemanes de Wurtemberg en Perú o el Oficial Schaffer y los alemanes de Brasil.


Sin embargo, la mayoría de estas campañas de inmmigracón tuvieron éxito en países que las plantearon de una manera responsable y seria, como Chile y Argentina. Se calcula que para 1895 habían llegado a Argentina 1.006.838 europeos y la Dirección Nacional de Migraciones Argentina en 1970 realiza un cuadro de inmigración por nacionalidad (1857-1940) donde suma 6.611.000 inmigrantes europeos en dicho periodo.


Y esos inmmigrantes llegaron, trabajaron, tuvieron hijos y ahora conforman parte de la idiosincracia de Sudamérica, han llegado a ser líderes políticos, forman parte de la clase trabajadora, se han acoplado a la realidad nacional de todos y cada uno de los países a los cuales llegaron y fueron recibidos. Extraña situación la que sobrevendría durante el siglo siguiente en Europa ...


Eduardo Salazar
Lima-PERU

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