domingo, marzo 02, 2008

Artículo de opinión.


Guantánamo, poesía en la cárcel de la democracia.

“Cuando miramos fuera de nuestro país no deberíamos pensar que nos encontramos en el ámbito del poder, la fuerza y el interés; estamos en el ámbito de la moralidad porque somos seres humanos, y todo ser humano en cualquier lugar del mundo exige respeto”

Séneca

La ciudad Guantánamo está ubicada a 910 km de La Habana. Aproximadamente a 15 km de la ciudad se encuentra la base naval estadounidense de la bahía de Guantánamo. Esta abarca un área de 117,6 km² (49,4 de tierra firme y el resto de agua y pantanos) y delimita una línea costera de 17,5 kilómetros. La bahía es un punto estratégico de vital importancia para el gobierno de EEUU, por las buenas características en cuanto a profundidad y seguridad sobre los límites de su propio territorio.
A principios del siglo XX la enmienda Platt, ley del congreso yanqui, impuesta a la 1ª constitución cubana, bajo la amenaza de ocupar la isla si no se aceptaba, estableció la obligación de ceder porciones del territorio para instalaciones militares del imperio norteamericano. El gobierno títere de la isla no tardó en aceptar esa exigencia.
En diciembre de 1903 el gobierno de la democracia infalible tomó posesión "hasta que lo necesitasen" de la bahía de Guantánamo, mediante un acuerdo económico favorable a un reducido grupo de ciudadanos cubanos. Desde entonces, y hasta la revolución encabezada por Fidel Castro (más de medio siglo), fue el centro de las desviaciones morales de respetables ciudadanos de EE.UU., y estímulo fundamental, por la presencia de estos mafiosos con extraordinario poder económico, de la prostitución, el juego ilegal y las drogas.
Por esta cárcel han pasado 770 personas legalmente y alrededor de 10.000 que no figuraron, ni figurarán, en ninguna estadística. Como un símbolo mundial de tortura, de maltrato, de detención sin juicio en un lugar sin ley, se ha convertido en el ejemplo más claro de hipocresía oficial norteamericana.
En los últimos meses las autoridades estadounidenses han recibido duras criticas sobre el maltrato al que son sometidos los presos recluidos en el centro penitenciario de Guantánamo, cosa que ha hecho perder mucha popularidad, en su propia tierra (en el resto del mundo nunca la tuvo), al presidente estadounidense George W. Bush.
Pero el motivo que me lleva a reflexionar sobre este monumento a la descomposición humana, es la poesía, y ustedes se preguntarán:
¿La poesía? Dentro de semejante apología del absurdo con forma de jaula ¿Qué tiene que ver la poesía?
Les respondo con una realidad. La poesía que puede atravesar los barrotes más firmes y los muros más gruesos, la poesía que jamás pudo ni va a poder ser acallada por las botas de la ignorancia mundial. Poesías de poetas que están detenidos en la base desde hace años y sin cargos en su contra.
Los poemas fueron publicados por Book Forum en Nueva York, durante el año 2006, y fueron rescatados por algunos de los abogados que defienden a los prisioneros de la base. Estos versos forman parte de los miles que aún no han sido declasificados por el departamento de defensa norteamericano. Recordemos que para ese departamento si un poema dice: “Perdóname querida esposa”, se lo califica de intento de comunicación con una tercera persona (sólo pueden escribir a sus abogados) y su publicación queda automáticamente prohibida. Para la ley actual, publicar ese poema sería un acto delictivo.
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¿Es verdad?
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Usama Abur Kabir
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¿Ha vuelto a crecer la hierba
después de la lluvia?
¿Volverán las flores a levantarse
en la primavera?
¿Es verdad que los pájaros
regresarán a casa?
¿Ha de volver el salmón a remontar
su corriente?

Es verdad. Esto es verdad.

Es verdad. Esto es verdad.
Y son verdaderos milagros.
Pero ¿Es verdad que un día dejaremos
La bahía de Guantánamo?
¿Es verdad que ese día habremos de volver a casa?
Soñando con mi casa, me hago a la mar en sueños.

Para estar con mis hijos, cada uno es parte de mi;
Para estar con mi mujer, y aquellos a quienes amo;
Para estar con mis padres,
los corazones de más tiernos de mi mundo.
Yo sueño que estoy en casa, libre de esta jaula.

¿Me escuchas tu, oh juez, me oyes acaso?
Somos inocentes, no hemos cometido ningún crimen
¡Déjame libre, déjanos libres,
si todavía queda justicia
y alguna compasión en este mundo!

Hoy, primero de marzo de 2008, los intelectuales independientes de Sudamérica, exigimos el cierre de este centro de detención en donde 395 presos siguen encarcelados de forma indefinida al no haber cargos en su contra.
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Juan Romero (Buenos Aires; Argentina)

1 Comments:

At 3:55 a. m., Blogger saraeliana said...

Impresionante artículo, Juan. La literatura siempre ha registrado la realidad política y social mucho antes que las investigacioanes de los historiadores, y con mucha mayor precisión, a pesar de la ficción en la que dicen que está inserta.

 

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