jueves, diciembre 25, 2008

Artículo de opinión.

Obama


La mayor esperanza del 2009 para todas las víctimas de la guerra, de la opresión y el terror, del respeto a los derechos humanos, de la lucha contra la explotación y el hambre en el mundo, del diálogo y de la alianza de civilizaciones se llama:


Barack Hussein Obama.


Cuentan sus biógrafos que es hombre de leyes, abogado en ejercicio y profesor de Derecho Constitucional, nacido en Honolulu, que será el primer Presidente, de origen afroamericano, en Estados Unidos. Y aunque su procedencia meztiza no es garantía de nada, algo es algo, diría Mario Benedetti.


Obama copatrocinó, entre otras actividades, la legislación para el uso de armas convencionales y patrocinó la legislación de fraude electoral, calentamiento global, terrorismo nuclear y el fin de la guerra de Irak.

Sus asesores pronostican nuevas reglas que limiten el papel de los grupos de presión en la política estadounidense. Llevando a cabo compromisos dentro de las reglas más estrictas y éticas que haya llevado nunca adelante otro equipo presidencial en la historia de ese país.


Parecen buenas noticias, y entre éstas, destaco especialmente el estudio para desmantelar el centro ilegal de detención y tortura en Guantánamo, símbolo norteamericano, por excelencia, de los excesos cometidos contra los derechos humanos más elementales, y en suelo cubano. Eso sin contar que la ley Helms-Burton, - contra el derecho internacional -, bloquea económicamente, desde hace casi cincuenta años, al pueblo cubano, por el simple hecho de ser independiente, por ser un país soberano.

Sería bueno también que se revisara, en esta nueva legislatura que se abre a la esperanza de todos los pueblos y a la Justicia, la sentencia ratificada por un Juez de Atlanta de liberar a los cinco detenidos cubanos, que ilegalmente, desde hace ocho años, siguen encarcelados por desenmascarar al terrorismo, subvencionado por la mafia de Miami, encabezada por Posada Carriles, quien hizo estallar en el aire un avión civil, de Cubana de Aviación, lleno de pasajeros, entre otros numerosos atentados a la Isla.

Otra buena noticia sería, sin duda, escuchar el anuncio de la participación de Estados Unidos, como miembro del Tribunal Penal Internacional, única instancia para juzgar y para ser juzgados, si así procede, por crímenes contra la Humanidad.


¡Yes, you can, President!


Y en ese grito, casi como un ruego, le pido, Señor Presidente Obama, que mire el mundo más allá de sus fronteras, pero con esa misma mirada de esperanza en la paz que pusieron todos los norteamericanos cuando depositaron su voto, su confianza en su candidatura a Presidente.
Porque somos muchos los pueblos que, sin derecho a votar en su país, hemos depositado también nuestra esperanza en su candidatura, en la interdependencia y en la solidaridad Norte-Sur, en el diálogo de civilizaciones, en el respeto al estado de derecho y a la explotación de los recursos naturales, por parte de los gobiernos, elegidos democráticamente por esos pueblos.
Que brille en su legislatura el arte diplomático como la acción más firme y segura para lograr resultados satisfactorios para todos, justamente allí donde peligra la paz, porque serán muchos los países y gobiernos que le secundarán.

Que sea la palabra y el argumento la condición previa e inmediata ante cualquier amenaza de desestabilización del orden mundial y el Consejo de la ONU el órgano asesor, respetando sus Resoluciones.

¿Qué mejor globalización para el mundo que imponer el respeto a los principios y valores contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

Usted, Señor Presidente, ha prometido ser el Embajador del cambio en el mundo. Su color de piel nos da confianza, porque representa la lucha contra el esclavismo, el apartheid y el sufrimiento de la humanidad, y ese cambio es posible porque…

¡Yes, united peoples!

Usted, Señor Presidente de los nuevos Estados Unidos, se enfrenta a un reto: rechazar los extremismos, los egoísmos, los choques de civilizaciones que están acabando con la supervivencia de todos y del planeta, pero desde esta humilde tribuna le puedo asegurar que no está solo, Señor Presidente, porque debajo de esa punta del iceberg, que a todos nos amenaza, somos muchos, somos todos, es la vida, la convivencia la que late esperanzada bajo sus pies.
Y para la esperanza de todos, ya no hay mordaza que alcance para callarnos, porque han convertido el mundo en un “patio trasero”.


¡Bienvenido, Señor Embajador de la Esperanza, y que Dios le bendiga y le proteja en esa Casa Blanca!



Cora Maravillas

Madrid- España

Estadisticas y contadores web gratis
Manuales Oposiciones
Búsqueda personalizada